lunes, 7 de noviembre de 2016

ROCK Y CULTURA

Un debate del papel del rock nacional hoy


“Estoy muy solo triste, acá, en este mundo abandonado”. Con este espíritu, Litto Nebbia componía la primera estrofa de "La Balsa" en 1967 interpretada por su banda Los Gatos, que desató el éxito masivo del rock en español en Argentina


Desde su nacimiento, el rock nacional surgió como una crítica desoladora y se caracterizó como contrarrevolucionario, marginal y combativo, aunque con el paso del tiempo, se ha convertido en un hito de la cultura y hoy se lo empieza a reconocer como un arte que surge a partir del dolor y el sufrimiento.

Los primeros rockeros argentinos portaban el estandarte de la contracultura de los años 60, de los que se habían cansado de las reversiones traducidas de hits de bandas anglosajonas y buscaban su impronta. Eran los incomprendidos de la época, aquellos que se habían lanzado a escribir rock autóctono como un espacio de resistencia ante el sistema, con un espíritu combativo, solitarios como Tanguito y Miguel Abuelo, y grupos como Lito Nebbia y los Gatos, Los Gatos Salvajes y otros.

Se caracterizaron por romper las leyes y montar Harleys, tomar cerveza en bares y lucir una camisa de fondo negro con su chaqueta, “faloperos”, despreocupados, desarreglados, rebeldes, críticos, incomprendidos, marginales que se dejaron llevar por los excesos.

Figura del rock, como Fito Páez, compuso "Ciudad de pobres corazones" a partir de la ira que sintió con noticia de que habían asesinado a su abuela y tía abuela. "No puedo explicar cómo quedó el cuarto del hotel en Río. Lo destrocé. Dolor violento. Perdí tanto la conciencia que hoy no me acuerdo exactamente lo que sucedió. Era como un animal enjaulado en su propio dolor. Creo que me la pasé todo el día llorando, tomando whisky y Lexotanil", contó el músico


Preso de una terrible depresión huyó a Thaití, donde compuso casi todos los temas del disco “Tal vez el disco que nunca quise escribir”, un álbum violento, con melodías de pop/rock más bien pesadas y letras cargadas de impotencia y furia, de la que la canción es parte.

El propio Fito contó que cuando se encontró con Baglietto y le preguntó como estaba, le dio play a la consola de grabación y comenzó a escucharse el tema «¡En esta puta ciudad todo se incendia y se va, matan a pobres corazones!». Cuando terminó le respondió: “Así estoy”. La música fue el medio de expresarse, la poesía que nacía con su dolor.

Por su parte, Luca Prodan tras que su hermana se haya suicidado con su novio al encerrase en un auto e inhalar monóxido de carbono, cayó en coma, debido a su adicción a la heroína. En este contexto, compuso la canción "Warm List", que refiere al episodio.

Su sensibilidad, acompañada de una personalidad furiosa y eléctrica, hacía de Luca una figura extraña para los cánones de un ambiente poco acostumbrado a los estilos irreverentes de la contracultura. La transformación cultural de la década de 1980, simultánea a la creciente importancia de una cultura juvenil que floreció en la post-dictadura, explicaría en parte las condiciones de su carisma. 

Durante la década de 1990 la masificación y diversificación del consumo sumado al aumento de la brecha social, produjo una creciente distinción en los estilos musicales, asociando cada vez más el rock a la cultura de los sectores populares. El rock comenzaba a ser parte de la cultura 

Por su parte, otro icono del rock de la década de los 90 hasta hoy, Pity Álvarez, también declaró consumir drogas, como ha dejado ver a través de sus canciones.

El músico fue internado varias veces a causa de adicción y protagonizó algunas polémicas mediáticas por cargos penales. Esto inspiró a Pity para grabar una vieja canción suya, titulada "La perla", a la cual le cambió el nombre por "En problemas", en la que trata sus problemáticas judiciales.

Pese a su mala fama, fueron ellos los que supieron con su sensibilidad transformar el dolor en arte y lograron plasmar sus diversas experiencias personales en acordes y letras que involucraron, y continúan involucrando, a sus públicos de una manera particular.

Aunque no pertenezca al rock nacional, el reciente premio Nobel que ganó el Bob Dylan refleja la consideración de las canciones de rock como parte de la cultura y de la literatura. Pese que algunos lo tomaron como una provocación o un acto de demagogia, otros hallaron en la designación un reconocimiento a lo popular y lo realmente masivo. 

Sergio Pujol, ensayista argentino, se preguntó: “Se hizo justicia con la música popular, con el rock, con su gran poeta. Pero, francamente, ¿no se parece esto un poco a la vieja exhortación argentina con la que muchos reclamaban que sus ídolos populares ingresaran de una buena vez al escenario del Teatro Colón?” 

“Más allá de los dos libros que ha publicado, entonces, la obra de Dylan sería una literatura sin libro, una literatura de la oralidad”, publicó en un artículo el diario Clarín. Sin embargo, cabe preguntarse… al considerar a los músicos del rock como parte de la cultura, ¿el rock deja de ser rock, ese género que nació como contracultural? ¿O quizás el rock está cambiando su esencia para convertirse en algo distinto?

Malvinas: De la soberanía al negocio

Un giro de 180º en política exterior
Las islas Malvinas, una herida abierta en el corazón de los argentinos que siempre es tema de la agenda política internacional, parece tener un nuevo rumbo desde la asunción de Mauricio Macri a la presidencia, el pasado diez de diciembre, que vislumbra una nueva manera de encarar el conflicto que contrasta con las medidas adoptada por el matrimonio Kirchner.

El gobierno nacional ha efectuado un cambio en la política Malvinas respecto a la gestión anterior debido a su afán de insertarse como nuevo actor en el mercado internacional con la intención de atraer inversiones y mostrarse “más abierto al mundo”, poniendo en juego la soberanía de las islas.

En la primera gira internacional que tuvo a Néstor Kirchner como presidente se destacó el planteo de reanudación de las discusiones sobre la soberanía de las islas durante una reunión que tuvo con el entonces primer ministro británico, Tony Blair.


En contra punto, el actual gobierno se vio envuelto en un papelón internacional en el cual Macri, en primer término, afirmó haber tenido una reunión con Theresa May en la que la mandataria había aceptado tratar el tema de la soberanía, situación que a las pocas horas fue desmentida por la canciller, Susana Malcorra.


“La primer ministra ha dicho que efectivamente está dispuesta a dialogar, pero ella no ha reconocido que el tema de la soberanía pueda discutirse” sentenció Malcorra, quien intentó hacer “buena letra” con Gran Bretaña con el fin de obtener su voto como candidata a Secretaria General de la ONU.

Uno de las primeras medidas del kirchnerismo fue suspender la Reunión de Consultas Bilaterales Políticas de Alto Nivel entre Argentina y el Reino Unido, mientras que el actual presidente durante su discurso en la Asamblea General llamó a retomar el diálogo con el país Europeo.

“El diálogo y la solución pacífica de controversias es la piedra basal de la Argentina democrática (….) hemos dado muestras de interés en avanzar en nuestra relación bilateral, que debe ser mutuamente beneficiosa”, sostuvo el ex jefe de Gobierno.

Por su parte, durante la gestión anterior se eliminaron los acuerdos de hidrocarburos con Londres sellados por Menen y se logró aplicar una ley de sanciones a las empresas y ejecutivos que exploren en aguas de Malvinas.

Sin embargo, en los últimos días un acuerdo entre los dos cancilleres estuvo en el centro de la escena política, el cual autoriza un nuevo vuelo al archipiélago y, al mismo tiempo , habilita los permisos de pesca, petróleo, navegación y comercio.

“Se acordó adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable” de las islas en “comercio, pesca, navegación e hidrocarburos”, afirmó la ex ceo Telecom.

En este sentido, el gobierno actual presenta una nueva política de estado respecto a Malvinas la cual se muestra en principio más abierta al “dialogo” que a su vez puede posibilitarle una mejor inserción en las relaciones internacionales pero que, simultáneamente, descuida el reclamo por la soberanía de las islas.

Información va de la mano de educación

Un debate acerca de la educación pública hoy

Ante la declaración de emergencia presupuestaria y financiera de la Universidad Nacional de Avellaneda, cabe preguntarse que lugar ocupa la educación pública en nuestro país hoy.



“Lo que está presupuestado para pagar la deuda externa es el doble de lo que está presupuestado para educación”. Así lo afirmó la secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), Sonia Alesso.

El Presupuesto 2017 prevé destinar al Ministerio de Educación y Deportes $130.950 millones, mientras que el presupuesto para el Servicio de Deuda Pública es casi el doble: $247.623 millones. Efectivamente, en lo que más dinero se invierte, es lo que se considera prioridad.

Sin embargo, muchos pueden considerar que la situación de la Universidad Nacional de Avellaneda se debe a la mala utilización de los recursos y los fondos llevada acabo por la gestión de la institución. Es por ello, que la reciente sanción de la Ley 27.275 de Derecho de Acceso a la Información Pública que obliga a ministerios, secretarías y otros organismos públicos a elaborar un “Plan de Apertura de Datos”, es un paso favorable en la implementación de políticas de transparencia activa.

Debido que la ley incluye entre los sujetos obligados a brindar información pública a entidades que reciban fondos públicos, las universidades estatales no están exentas. “Si maneja fondos de toda la comunidad, por supuesto que toda la comunidad tiene derecho a estar informado sobre eso”, expresó Hernán Gullco, presidente de la Asociación por los Derechos Civiles.

Es necesario revalorizar la educación pública ya que es el único camino para garantizar el derecho a la educación a todos por igual. Al mismo tiempo debemos exigir su cumplimiento y para ello, la ley a la información pública es un paso importante… ¿por qué no utilizarlo?

El poder de los medios

Un debate sobre la legislación de los medios de comunicación

Poder y contrapoder. Durante la mayor parte de la historia, a los medios se los consideró como parte de esta segunda categoría, un recurso de los ciudadanos contra el abuso de los poderes.

Sin embargo, la concepción de los medios de comunicación hoy ha cambiado.“Desde hace una quincena de años, a medida que se aceleraba la mundialización liberal, este “cuarto poder” fue vaciándose de sentido, perdiendo poco a poco su función esencial de contrapoder”, asegura el periodista español Ignacio Ramonet.

Si bien, la concentración de medios comenzó en nuestro país a fines de la década del 80 con las políticas de privatización, momento en que se desarrollaron espectros de multimedios como Grupo Clarín y CEI-Telefónica, cada modificación a las leyes que regulan la comunicación favorece a la indiscriminada concentración y sus alianzas con empresas de telecomunicaciones

A partir del DNU 267, por el que el presidente Mauricio Macri realizo cambios en la norma audiovisual y en la de telecomunicaciones, se permite la venta de licencias del sector con fines de lucro, que bajo la ley anterior eran intransferibles. Al mismo tiempo, se modificó la norma que regula las TIC, por lo quelas operadoras podrán tener más de 24 licencias para brindar televisión para cable.

La modificación permitió que el Grupo Clarín adquierael 100 por ciento de las acciones de Nextel, estableciendo, de esta forma, alianza con las telecomunicaciones.Los medios masivos de comunicación tienden cada vez más a agruparse en el seno de inmensas estructuras para conformar grupos mediáticos aglomerados, que informan de acuerdo a sus intereses.

Como sostiene Ramonet, “El verdadero poder es actualmente detentado por un conjunto de grupos económicos planetarios y de empresas globales cuyo peso en los negocios del mundo resulta a veces más importante que el de los gobiernos y los Estados”.

En otras palabras, los medios como un poder y un recurso de los ciudadanos para criticar, rechazar y enfrentar democráticamente los abusos de poder, se han convertido en un poder oligopólico en manos de empresas privadas con intereses exclusivamente económicos que difunden información por los canales más diversos (prensa escrita, radio, televisión, por cable o satelital, vía internet y a través de todo tipo de redes digitales) y atentan contra la pluralidad de voces y, por lo tanto, contra los derechos de los ciudadanos.