martes, 27 de septiembre de 2016

La belleza está en la calle

Un legado de Mayo de 1968





“La beauté est dans la rue” (la belleza está en la calle) era una de las consignas  por la liberación femenina de las pancartas de los estudiantes y trabajadores que protagonizaron, hace ya más de 40 años,  la rebelión que conmovió al gobierno de Charles de Gaulle.
Hoy, se cambiaron las palabras pero la consigna sigue siendo la misma. “Mujer bonita es la que lucha” y “Vivas nos queremos”  se hizo escuchar desde Congreso a  Plaza de Mayo, en la marcha de “NI UNA MENOS”, en reclamo a la violencia hacia las mujeres y los femicidios.
“La verdadera trascendencia de Mayo del 68 reside en su carácter cultural e ideológico, y su principal aportación sería la de plantear la posibilidad de buscar nuevas alternativas y de poner en cuestión el sistema político imperante cuando éste ya no cumple con lo que se le exige”, señala el historiador Miguel Vega Carrasco.
Pese a ello, muchas cosas cambiaron de aquel mayo francés y la única similitud con la rebelión de 1968 es la temática por los derechos de las mujeres y las movilizaciones  multitudinarias. Hoy, las marchas y reclamos actuales son menos pretensiosas.
A diferencia del `68 que con la consigna “no les pongas parches, la estructura está podrida” no se proponía una respuesta a un problema concreto sino cambiar el mundo sustancialmente,  la movilización “NI UNA MENOS”, como hace alusión en su nominación, intenta terminar con los femicidios.
Las cifras asustan. Entre el 3 de junio de 2015 y el 31 de mayo de 2016 se registraron en la Argentina un total de 217 femicidios y 24 femicidios vinculados, según la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá).
Al mismo tiempo, la violencia hacia las mujeres también se observa en el ámbito laboral. En América latina y el Caribe ganan un 17 por ciento menos que los hombres, según  revela un nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los reclamos actuales exigen que se les garantice el acceso a la Justicia; concretamente, que se reglamente de una vez la ley de patrocinio jurídico gratuito; la unificación de causas en los fueros civil y penal; la protección de los hijos de las mujeres asesinadas; la capacitación de fiscales y policías para atender denuncias sobre violencia de género; la protección de las víctimas de violencia con el monitoreo electrónico de los victimarios, y que se garantice la educación sexual integral con perspectiva de género en todas las escuelas del país.


Sin embargo, resulta imposible erradicar la violencia de género y los femicidios si no se produce un verdadero cambio ideológico y cultural que sea transversal a todas las demás áreas de la cultura, ya que el machismo está presente en nuestra sociedad, aunque muchas veces tapado por la supuesta “igualdad de género".